viernes, mayo 22, 2009

Rescatando a los desamparados
El trabajo de protección animal desde Seinekan

Nayel Martínez

Convicción, amor al prójimo, coraje, toda una mezcla de emociones es lo que ha hecho que Gisetty Meza continúe su trabajo aunque sea “con las uñas” para proteger a los animales desamparados. Meza, de 31 años, es la directora de la Asociación Seinekan, una ONG que desde hace 3 años se dedica a erradicar la violencia con énfasis en la protección animal.

Desde pequeña ella y su hermana recogían perros de las calles cartagenenses, los cuidaban y daban en adopción. En un momento llegó a tener hasta 5 perros en el pequeño patio de su casa. Hoy su familia tiene dos miembros más, Onix y Othello, canes que fueron salvados de la calle.

En Cartagena existen más de 100 mil perros callejeros, la mayoría en barrios recónditos, por lo que alguna gente no se da cuenta de esto. “Lastimosamente sigo recogiendo animales, y sufriendo por ellos. Yo no tengo un albergue, sino me los llevaría todos”, asegura.

Seinekan(Madre Tierra en araucano) se enfoca en campañas educativas a los niños y padres. Realizan charlas, videoconferencias y enseñan el cuido animal a través de películas y documentales. Pero también hacen propuestas legales a las autoridades.

En mayo de este año, un vendedor ambulante en el Centro Histórico mató a una perra de una puñalada cuando él le quiso robar a un cachorro y la madre casi lo muerde en defensa. El vendedor fue llevado a juicio, ya que en Colombia existe la Ley 84-89, de protección animal, pero luego se desapareció y la causa judicial no ha llegado a su fin. Meza apoya que el hombre realice trabajo comunitario en vez de pagar una multa, que es lo que exige la ley.

La asociación también está apoyando la creación de un decreto de operación de vehículos de tracción animal, conocidos como carros mulas. “Las autoridades nos han obligado a presionar por los medios de comunicación para ser escuchados”. El decreto que pretenden sea aprobado incluye puntos como que el carro mula tenga 4 ruedas, no 2 como ahora; que la carga sea 2 veces el peso del animal con el conductor incluido, que no sean conducidos por niños menores de 16 años, el uso de placa y licencia de conducir, entre otros.

Este tipo de decreto ya existe en Bogotá, Medellín, Cali, Dos Quebradas y otros. “¡En la época de la Colonia estaban mejor hechas (las carretas) y con placas!”, dice Meza. En Cartagena no hay estadísticas de cuantos carros mulas circulan, pero ella hace un cálculo de más de 500. La mayoría son burros porque son más baratos. Un burro puede llegar a costar unos 150 mil pesos, mientras que un caballo lo menos que cuesta son 500 mil pesos. “Los dueños dicen que si se les muere (el burro), se compran otro y ya”, cuenta indignada.

Para esta licenciada en educación y artes plásticas, los padres juegan un papel fundamental para formar el amor por los animales en los niños. “Cuando vienen los circos a Cartagena, se desaparecen los gatos y perros. Hay niños que hasta han vendido sus mascotas, eso lo está viendo la sociedad, los padres y dejan que pase eso”.

Los niños comienzan a despedazar palomitas, iguanas, y otros. “Esos no son juegos, son actos crueles, hoy son animales, mañana son personas”, manifiesta. En la ciudad existen más de 1000 pandilleros, quienes realizan sus prácticas en animales. “Abren a los burros, los chuzan”.

Para realizar las campañas educativas en los colegios y comunidades, Gisetty tiene que poner de su propio dinero. Otras veces organismos internacionales les aprueban proyectos que realizan en barrios como jornadas de salud, en conjunto con la Fundación Rescate para Animales Desamparados.

Meza dejó su trabajo como docente en colegios y universidades para dedicarse enteramente a Seinekan. Su amor a los animales va más allá de eso. Ha llorado por ellos y ha discutido con personas cuando ve que están maltratando a animales. “Uuuu…, claro, si hasta con los de la Unata”, refiriéndose a los organismos del estado que se supone tienen que velar por los animales.

Uno de sus más preciados tesoros es el álbum de animales adoptados. Fotos del antes y después del rescate, pero en el fondo ya no quisiera seguirlo llenando, ya no quisiera seguir viendo animales maltratados. Por el momento, su trabajo con ellos es lo único que los ha salvado.